Resumen del texto
Génesis 4-5, depliegue de la violencia
en: Pikaza, X. Para comprender Hombre y Mujer en las Religiones. Navarra. Editorial Verbo Divino:1996
El autor del texto va desplegando algunos de sus rasgos distintivos en una especie de parábola acerca de la humanidad caída, en un troquelamiento de lo que será la historia de pecado posterior de la humanidad.
Pasamos de las condiciones a las formas o modelos de la humanidad caída, interpretada como antítesis.
Estudiaremos los temas más vinculados a la ruptura humana, la dualidad varón/mujer y el crecimiento de la muerte.
Dos hermanos: principio y experiencia concreta de la muerte (4,1-16):
Caín matando a Abel. Óleo sobre lámina de cobre; S XVI-XVII; Francken II, Frans. Museo del Prado. España.
La muerte es condición del ser humano en cuanto que proviene de la adamah (tierra). Sin embargo en el relato se halla otro principio de muerte: la violencia. Los humanos no se han limitado a dejarse morir, ellos se matan.
En el principio se hallaba la voluntad de poseer la vida, en línea de conocimiento/fecundidad. Sólo cuando esa voluntad queda frustrada, el varón desencadena su voluntad concreta de violencia guerrera.
La lucha anterior conducía al dominio interhumano, pero no a la muerte. Ahora un varón se opone a otro en violencia asesina.
Ambos personajes están definidos por su trabajo: Abel (Soplo Débil) es pastor de ganado menor, Caín (Engendrado de Yahvé), aparece como agricultor. Somos espectadores de la primera lucha social.
No se ha dicho que Dios les pida algo, pero ellos se lo ofrecen, en gesto de rivalidad, como si quisieran comprar su favor. Esta religión de sacrificio y violencia no proviene de la voluntad de Dios, sino de la ansiedad, rivalidad mimética del hombre (aparecen dos tipos de culto: uno vegetal y otro animal; el texto supone que los hombres han roto la dieta vegetariana que se hallaba al fondo de Gén 1-2: matan animales para Dios, se alimentan de la carne sacrificada. Hemos entrado en el campo de la violencia religiosa).
El texto no dice que Abel sea mejor, tampoco que Caín sea perverso.
Dios ratifica la primera diferencia entre los hombres, las cosas no son iguales, las respuestas del Dios del cielo son diversas: por qué éste es varón y aquella es mujer?, por qué prospera Abel y no Caín? El texto no responde. Sobre esa desigualdad, establecida aquí teológicamente, se inicia la historia humana (La verdadera humanidad empieza allí donde un individuo acepta el hecho de que el otro sea distinto: diferencia antropológica. Tal vez Abel es pacífico porque las ovejas/cabras que sacrifica y quema sobre el altar le han servido de terapia -de chivo expiatorio-; ellas le pacifican, ya no necesita descargar su furor contra su hermano. En cambio Caín no expresa hacia fuera su fuerza de agresión, la debe descargar contra su hermano. La humanidad está enferma, no hay inocentes ni culpables, hay violentos, diferentes formas de violencia que se canalizan y descargan de un modo sacral).
Dios es para ellos signo -y superación- del enfrentamiento fraterno (no hace falta la serpiente tentadora; el mismo ser humano enfurecido lleva en sí un león amenazante, como agazapado en su pecado. Caín no domina su fiera interna y queda sometido al imperio de su propia furia destructora).
Ha cesado el idilio de hombres y animales; las fieras son signo de violencia.
Vivimos en una tierra maldita, regada por la sangre -vida- de animales sacrificados y de hombres asesinados. Posiblemente hay relación entre ambos gestos.
Para Génesis, la tierra es buena, lugar donde los humanos pueden encontrarse en paz y gran sosiego, pero desde el mismo principio los hombres hemos pervertido, ensangrentado, nuestra tierra (la tierra estaba ya maldita por culpa del pecado de Adán/Eva, pero ahora empieza a ser maldita a nivel superlativo. Lo que podría haber sido casa -oikos, lugar de ecología- se ha convertido para nosotros, caínes -descendientes de asesinos-, en destierro irreparable. Todos los habitantes de la tierra están esperando a Caín para matarle, reiniciando así el circulo de muerte, el asesinato que se expande con otro asesinato; para detener esa espiral, Dios mismo coloca un signo en la frente de Caín, pidiendo que cese la muerte y no se siga vengando un asesinato con otro asesinato).
Hijos de Caín: Cultura de violencia! (4,17-24):
La familia de Caín errante. Óleo sobre lienzo; hacia 1585; Veronés, Paolo. Museo del Prado, España.
Pecador es Caín y pecadores sus hijos, pero ellos han puesto en marcha la historia posterior de los humanos (la ciudad, estructura social de violencia: en el principio de la historia no está para el autor la vida errante de los hombres perdidos sobre el campo, sino el orden social de la violencia reglamentada. Lamec es portador y amante de la ley violenta. Lamec, creador de nuestra historia, es el viento por excelencia: conoce y triunfa a través del dominio impositivo y la venganza).
Los metales han tenido grandes consecuencia en el campo de la agricultura, arquitectura y religión, pero sirven sobre todo para la guerra. Lamec vincula el dominio masculino a la mujer y a la violencia.
Al principio -un varón y una mujer- se habían vinculado en estricta monogamia. A partir de Lamec descubrimos que la mujer queda sometida a la violencia del varón, que la domina y convierte en el primero de todos sus "objetos". Este es el tema del canto de Lamec (Lamec se vuelve poligámico, tiene dos mujeres, descubrimos plenamente el sentido duro de "mashal" -dominar-: el varón se vuelve macho; evidentemente es polígamo, pues las mujeres no cuentan ya como personas. El sexo se halla unido a la guerra y la venganza).
Se han vinculado así los dos poderes clásicos del mundo: el sexo, entendido como dominio del varón sobre las mujeres, y la violencia, interpretada como derecho impositivo del más fuerte. La sociedad se ha convertido así en expresión del deseo de Lamec, varón dominador que asume el "derecho" de imponer su agresividad sobre los otros -empezando por las mujeres-.
The Phillip Medhurst Picture Torah 39. Lamech and his two wives. Genesis cap 4 v 19. De Vos
Conclusión: genealogía de patriarcas antediluvianos (4,25-5,29):
La línea de Eva, como portadora de vida, se corta aquí. Génesis 5 es obra del mismo redactor "sacerdotal" de Génesis 1; dice, en clave antigua, se llaman Adam (5,2). Pero después olvida a las mujeres, presentando la historia como simple y clara genealogía de varones.
Génesis 5, 1-9 (Segmento de la genealogía)
Todas las imágenes e ilustraciones disponibles gratuitamente en internet:
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